La tecnología solar fotovoltaica lleva varias décadas presente en nuestras vidas. No sólo hablamos a nivel residencial, sino que también se trata de un mercado en pleno auge en la industria. La vida útil de este tipo de instalaciones es superior a 30 años. Para alcanzarla es absolutamente necesario haber hecho una buen diseño y ejecución de la misma, haber elegido unos equipos con calidad y garantías suficientes y, por supuesto, un buen mantenimiento; determinante en una instalación fotovoltaica de autoconsumo.
En el presente blog y el siguiente resumiremos los diferentes tipos de mantenimiento en una instalación fotovoltaica de autoconsumo existentes.
¿Qué tipos de mantenimiento hay?
Existen varios tipos de mantenimiento según las actividades que se vayan a realizar y de lo que se quiera conseguir en una instalación fotovoltaica de autoconsumo:
- El mantenimiento más común para evitar el mal funcionamiento de la instalación y que tiene carácter anterior a la aparición de problemas se llama Mantenimiento Preventivo. El objetivo es asegurar las condiciones operativas, de durabilidad y confiabilidad de los equipos. Esto garantiza el correcto funcionamiento de cada uno de los elementos de la instalación. Este mantenimiento se realiza con visitas periódicas, en las que se llevan a cabo mediciones de los parámetros de los componentes. Finalmente, se suele dar una propuesta de medidas de mejora, centrándose en el origen de los problemas técnicos identificados.
- Por último, existe otro tipo de mantenimiento que se denomina Mantenimiento Correctivo. Se realiza con el fin de corregir los fallos y desperfectos que puedan haber sido encontrados en la fase de mantenimiento preventivo o como respuesta ante un fallo que el propio cliente haya detectado. Comprende actividades como recambio de módulos rotos, sustitución o reparación de cables dañados, o recambio de piezas de la estructura, entre otras.
- Mantenimiento Predictivo. Es el mantenimiento que “no se ve”, ya que no requiere de intervenciones físicas, pero que día a día se desarrolla a través de los portales de monitorización de plantas, donde se pueden ver los parámetros de funcionamiento y rendimiento de éstas. Esto permite hacer un análisis para detectar fallos y organizar una intervención correctiva. Determinados fallos se pueden solucionar de manera remota.
¿Por qué es importante realizar un mantenimiento?
Un buen mantenimiento es esencial para garantizar el mejor funcionamiento de nuestra instalación fotovoltaica, maximizar la producción y alargar su vida útil.
Si algo falla, nuestra instalación no estará trabajando a su máximo rendimiento, incluso pudiendo verse comprometida su vida útil, lo que se traduce en un menor ahorro. Por ejemplo, algo imperceptible como puede ser una microrrotura interna en un módulo, implicará una pérdida de producción importante a corto plazo. Esto es evitable, como veremos más adelante.
No olvidemos además que, el correcto mantenimiento permite detectar fallos repetitivos en el transcurso de estas mismas actividades de mantenimiento. De esta manera, se puede fortalecer los puntos débiles de la instalación y evitando futuros costes de reparación y pérdidas de ahorro.
En el próximo post del blog conoceremos qué se verifica en un mantenimiento, y con qué frecuencia es deseable ejecutarlo.