El pasado 10 de febrero, el Gobierno aprobó la Estrategia de Almacenamiento Energético (EAE), a propuesta del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Se trata de un paso muy importante en el camino hacia un sistema eléctrico 100% limpio, necesario para respaldar el despliegue de las energías renovables y para que éstas puedan garantizar la seguridad de suministro de energía eléctrica.
Las metas fijadas por esta Estrategia son muy ambiciosas: alcanzar los 20 GW de almacenamiento a 2030 y los 30 GW a 2050.
Según los datos de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), los sistemas de almacenamiento han aumentado considerablemente su capacidad instalada, incrementando en 2019 la capacidad en 2,9 GW a nivel mundial.
En este post, vamos a resumir los aspectos clave de dicha Estrategia, destacando los que están relacionados con el almacenamiento a pequeña escala o en sistemas distribuidos, denominados «behind the meter».
El papel del almacenamiento en la transición energética y las oportunidades que brinda
Un sistema energético limpio está alimentado fundamentalmente por recursos renovables, que por sus características intrínsecas son variables, ya que varían en función de la disponibilidad del recurso primario (sol o viento, por ejemplo), por lo que el almacenamiento de energía es indispensable para conferir flexibilidad al sistema eléctrico, garantizar la estabilidad de la red y asegurar el suministro de energía.
Apostar por el despliegue del almacenamiento energético, además, supone una serie de importantes oportunidades adicionales, como por ejemplo:
- La creación de empleo cualificado y local a lo largo de toda la cadena de valor industrial de la tecnología, lo que impulsa la innovación y la competitividad de las empresas que trabajan en este sector;
- El impulso de los nuevos modelos de negocio a través de la aparición de nuevas figuras, como son los agregadores de demanda y las comunidades de energías renovables, en las que el consumidor puede tener un papel más activo en la gestión y consumo de su energía.
- Una palanca para acelerar la recuperación de la crisis generada por el COVID-19, ya que las inversiones en energías renovables y en sistemas de almacenamiento permiten aumentar la competitividad de las empresas y reducir sus costes energéticos.
- Ahorros en nuevas inversiones en las redes y apoyo al despliegue de micro redes. En este sentido, se dará un papel más activo a los operadores de las redes de distribución donde el almacenamiento energético detrás del contador adquirirá gran relevancia.
Los retos a los que se enfrenta el almacenamiento
La Estrategia elaborada por el Ministerio identifica una serie de retos a los que se enfrenta el almacenamiento. Entre los principales, destacan:
- Retos regulatorios y de mercado, que se traducen en la necesidad de crear un marco normativo estable, elemento esencial para atraer las inversiones y conseguir un sistema energético competitivo. En este sentido, es necesario adaptar la legislación actual al almacenamiento, definir los mecanismos para la participación del almacenamiento en los mercados de energía y servicios de ajuste y desarrollar e integrar los mercados locales de electricidad, que favorecerán el empoderamiento de los consumidores.
- Económicos y relativos al modelo de negocio, que se traducen especialmente en lograr la rentabilidad de las diferentes tecnologías en las condiciones de mercado actuales. Es el caso de algunas de las instalaciones detrás del contador, como las baterías, para las que es necesario fomentar modelos de negocio que faciliten su penetración.
- Relativos a la normalización y necesidad de desarrollar estándares de interoperabilidad para la comunicación y el control entre los distintos recursos distribuidos ((por ejemplo, entre las diferentes marcas de vehículos eléctricos, así como las estaciones y sistemas de carga)
- Integración sectorial, elemento necesario a medida que se lleva a cabo una mayor electrificación del sistema energético y la descarbonización de algunos sectores como el transporte o la industria. La integración del sistema energético requerirá un enfoque global para aprovechar las sinergias entre los distritos sectores energéticos y las diferentes fuentes de energía (electricidad, calor, gas).
- Investigación y desarrollo de tecnologías de almacenamiento energético, factor imprescindible por su alto valor añadido especialmente cuando existe la oportunidad de ejercer un liderazgo tecnológico global por parte de las empresas españolas.
Líneas de acción y medidas propuestas
La Estrategia contempla una serie de medidas estructuradas en torno a diez líneas de acción clave, que comentamos a continuación:
- Marco regulatorio: Establecer requisitos legales del almacenamiento y el papel de los actores del mercado, así como eliminar barreras burocráticas y facilitar las iniciativas y proyectos
- Participación en los mercados: Impulso del almacenamiento en los mercados del sistema eléctrico, así como fomento de precios dinámicos de la energía y participación en mecanismos de capacidad
- Modelos de negocio: Fomento del almacenamiento y su cadena de valor a todos los niveles, desde la comercialización de energía hasta el autoconsumo, impulsando las figuras del agregador y las comunidades energéticas
- Integración sectorial: Impulso del hidrógeno renovable el desarrollo del Power-to-X y el potencial del almacenamiento térmico
- La ciudadanía en el centro: Impulso a las comunidades energéticas para generar espacios de participación ciudadana, y formando profesionales para profundizar la Transición Justa
- Las palancas de desarrollo tecnológico: Apoyo a la I+D+i a largo plazo a través de laboratorios y proyectos piloto, aprovechando iniciativas internacionales y nacionales
- Sostenibilidad: Promover la economía circular apoyando negocios que den una segunda vida a los residuos y mejoren su trazabilidad
- Sistemas insulares y aislados: Aprovechar el almacenamiento como base para el desarrollo tecnológico en las islas y zonas aisladas, promoviendo la I+D+i y la generación de empleo
- Gobernanza: Medidas destinadas a favorecer la participación de entes regionales y locales, a actualizar y a establecer un sistema de monitorización desde la Administración
- Análisis prospectivo: Estudio y definición de tres importantes aspectos para el almacenamiento de energía: sus necesidades, la evaluación de costes y beneficios, y del ciclo de vida del almacenamiento.
En lo que corresponde al sector fotovoltaico destacan las siguientes:
- Eliminación de la doble carga de tarifas de red: Se trata de evitar que la actividad esté sometida a duplicación del pago de peajes y cargos.
- Adaptación del marco regulatorio: Una vez incluida la definición de gestor de instalaciones de almacenamiento, debe adaptarse el resto de regulación para desarrollar todos los aspectos y servicios relativos a esta figura. También se modificarán los Procedimientos de Operación y las Reglas del Mercado.
- Desarrollo de instalaciones renovables con almacenamiento: Se celebrarán subastas destinadas a nuevas instalaciones, o repotenciaciones de existentes, con tecnologías gestionables o con almacenamiento.
- Bancos de pruebas regulatorios: Se desarrollará esta figura para permitir el testeo en un espacio donde se puedan experimentar soluciones innovadoras sin que estén sujetas a los requisitos regulatorios prevalentes.
- Introducción de mecanismos de flexibilidad y capacidad: Se diseñarán mecanismos de flexibilidad permitiendo la participación del almacenamiento. Asimismo, en caso de introducir mecanismos de capacidad, estos también incentivarán el despliegue de almacenamiento.
- Fomento de la introducción de tarifas con discriminación horaria: Se estudiará la adopción de medidas para el fomento de los precios dinámicos.
- Señales de inversión: Se darán las señales necesarias para cubrir en plazo, al menos, los objetivos de almacenamiento definidos en el PNIEC.
- Fomento del hidrógeno verde: Se incentivará el abastecimiento progresivo de hidrógeno verde a los grandes consumidores de hidrógeno del sector industrial, persiguiendo el desarrollo tecnológico de la electrólisis aumentando la eficiencia energética y reduciendo los costes de instalación y operación.
- Promoción de proyectos de almacenamiento en zonas de Transición Justa: Se promoverá la realización de proyectos en zonas de Transición Justa, aprovechando los recursos endógenos del territorio. También se impulsarán iniciativas de I+D+i.
- Apoyo para el desarrollo de proyectos piloto: Se promoverá que entidades públicas como IDAE participen directamente en proyectos piloto y en proyectos singulares relacionados con almacenamiento.
- Introducción de incentivos para sistemas insulares y aislados: Se definirán mecanismos orientados al despliegue de recursos de flexibilidad que incluyan tecnologías de almacenamiento en zonas de bajo nivel de interconexión.